Nicaragua: cercan la casa de Humberto Ortega tras cuestionar la sucesión del mandato de su hermano
Source: Revista Proceso
MANAGUA (France 24).- Nueva represalia del régimen de Daniel Ortega. El diario local La Prensa reportó que la fuerza policial nicaragüense emprendió un operativo el pasado 19 de mayo dentro de la casa de Humberto Ortega Saavedra, una de las figuras claves de la Revolución sandinista, para requisar los celulares y computadoras que tenía bajo su propiedad. Además, fue citado para un "encuentro" en la sede de la Policía Nacional.
El operativo fue liderado por el comisionado Vladimir Cerna, quien le comunicó al hermano del presidente que no se encuentra ni detenido, ni en prisión domiciliaria. Sin embargo, lo exhortó a comunicarle a la Policía cualquier "cualquier movimiento" que vaya a realizar.
La embestida policial en contra de Humberto Ortega Saavedra ocurrió horas después de que se publicara una entrevista suya en el medio argentino Infobae. En ella, el hermano del presidente expuso contundentes críticas en contra de la administración de Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo, a la que el mandatario ha calificado explícitamente como la "copresidenta" de Nicaragua.
En la conversación con Infobae, Ortega Saavedra puso en duda la continuidad de la "dinastía Ortega" ante un eventual fallecimiento de su hermano, de 78 años. El exmilitar descartó una posible continuidad liderada por Murillo o hasta por el hijo de la pareja presidencial, Laureano Ortega Murillo.
"Sin Daniel no hay nadie, porque, con todo y todo, Daniel es el único líder, histórico, que aún conserva los créditos de esa lucha (...) Mucho menos uno en particular, y más difícil en la familia. Hijos que no han tenido el acumulado de una lucha política. Ni Somoza pudo establecer a su hijo", expresó el antiguo general de la Revolución sandinista en la entrevista publicada el 19 de mayo.
Humberto Ortega Saavedra nació el 10 de enero de 1947 en Chontales, en el centro de Nicaragua, y fue una de las figuras más importantes para el derrocamiento del dictador Anastasio Somoza en 1979. Después de conseguir instaurar un gobierno encabezado por la guerrilla del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), Ortega Saavedra fue uno de los nueve comandantes que dirigieron el país durante el periodo de la Guerra Civil entre 1979 y 1990.
Ya como jefe del Ejército nacional, Humberto Ortega Saavedra tomó otro papel clave dentro del proceso de paz consumado en 1990, uno que prometía una transición hacia la democracia dentro de Nicaragua, agitada por décadas de lucha en contra de Somoza y las fuerzas reaccionarias impulsadas por el gobierno estadunidense, los "contras".
Tras su salida del gobierno sandinista en 1995, Humberto Ortega Saavedra se retiró a su casa en la periferia de Managua, distanciándose de su hermano de sangre que poco a poco acumulaba más poder. Desde entonces, el exgeneral sandinista ha sido sumamente crítico desde su trinchera.
Los hermanos Ortega no son antagónicos, sino que tienen distintas visiones de cómo administrar el poder. Él dice no ser enemigo del régimen nicaragüense ni de la oposición, "aunque tengo puntos de vista encontrados con ellos", sostuvo Fabián Medina, periodista nicaragüense en el exilio que entrevistó a Humberto Ortega Saavedra para Infobae.
Otros disidentes sandinistas han confirmado que la relación entre Humberto Ortega Saavedra y su cuñada nunca ha sido cercana. Aunque descartan diferencias personales, muchas voces creen que Murillo percibe al hermano de su esposo como un rival político que quiere arrebatarle el control del FSLN apenas exista la necesidad de buscar un reemplazo de Daniel Ortega.
"La afirmación del general es una ofensa y un desafío personal para Rosario Murillo, quien se ha prestado desde hace años como la otra gobernante de Nicaragua y como la sucesora de Daniel Ortega en el poder", expresó Dora María Téllez, excombatiente sandinista que se encuentra en el exilio por su postura crítica en contra de la administración Ortega-Murillo.
Ortega Saavedra es considerado como una de las figuras políticas más respetadas por el Ejército nicaragüense que aún no se ha ido al exilio, por lo que sus constantes diferencias con Rosario Murillo, que cada vez acumula más legitimidad dentro de la cúpula gobernante, son percibidas como una amenaza por la vicepresidenta del país centroamericano.