Si quiero saber la verdad, busco a Prensa Latina - Noticias Prensa Latina
Source: Prensa latina
Montevideo, 12 jun (Prensa Latina) Cuando quiero saber si algo es verdad busco Prensa Latina, afirmó aquí Laura Martirena, hija de Luis Martirena, quien se desempeñó como corresponsal de la Agencia Informativa Latinoamericana en Uruguay, donde fue asesinado por la dictadura.
"Si Prensa Latina lo publica es porque está confirmado", enfatizó en vísperas de que la agencia noticiosa fundada en La Habana el 16 de junio de 1959 cumpla 65 años de bregar informativo.
Deben estar orgullosos de todos estos años de trabajo en condiciones asimétricas frente a quienes pretenden monopolizar la información y ajustarla a sus intereses, dijo en entrevista con la agencia.
En sus respuestas rindió tributo a los periodistas latinoamericanos que dieron su aporte en más de seis décadas, entre ellos su padre, quien se vinculó a Cuba desde los primeros momentos del triunfo de la Revolución.
Él viajó a la isla integrando una delegación de la Federación de Estudiantes Universitarios de Uruguay.
Junto a mi madre fue fundador del movimiento de apoyo a Cuba desde la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, donde estudió Notariado, rememoró.
Luego, desde 1965, fue corresponsal de Prensa Latina en Uruguay, y atendía también Brasil.
En 1969 la familia Martirena se va a Cuba, donde Luis se desempeña como jefe de la corresponsalía en La Habana, y luego de la revista Cuba Internacional.
Se trataba de dar a conocer al mundo, con vuelo periodístico, el proceso de construcción del proceso socialista en la isla antillana, a apenas 90 millas de Estados Unidos, la mayor potencia económica y militar del planeta.
Era época de teletipos y cables, recuerda Laura. Su padre quería resumir en la revista los mejores atributos de las más reconocidas publicaciones de entonces.
Luis era sin duda un hombre de letras; escribano de profesión y periodista por opción que ganó prestigio internacional.
Su hija rememora que recibió ofertas para trabajar en Londres.
Pero se volvió a Uruguay, "pese a que los cubanos trataron de convencerlo de que no regresara" a Montevideo, donde imperaba el gobierno de Juan María Bordaberry, luego dictador.
Pocos meses después un operativo de las fuerzas represivas le asesinó a boca de jarro en la puerta de su casa en la calle Amazonas de esta capital.
Su esposa fue asesinada a continuación.
Hace unas pocas semanas una placa fue colocada frente a lo que fue el hogar de los Martirena.
Allí se puede leer: "En Amazonas 1440, el día 14/4/1972, se violaron los derechos humanos, siendo asesinados en su hogar Ivette Giménez y Luis Martirena, por el aparato represivo del Estado".
En el libro "Las manos en el fuego", David Cámpora describe a Martirena como un afable cuarentón, reconocido periodista con una esposa de sonrisa fácil y vecina servicial dedicada a la crianza de Laura, una hija en edad liceal y Ana de nueve años.
Una pareja que había logrado el equilibrio justo entre la vida en pareja, la crianza de las hijas y la militancia.
Su brutal asesinato fue un crimen de Estado por el cual no se ha hecho justicia, como ha ocurrido con otras violaciones de lesa humanidad cometidas en Uruguay, sostiene la entrevistada.
Con Luis moría un dirigente del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros.
También un periodista incansable cuyos artículos se publicaron en los periódicos y revistas de izquierda de su país, Marcha, Cuestiones, el Sol (del Partido Socialista), El Popular, del Partido Comunista, así como en publicaciones de Estados Unidos y el Reino Unido.
A su retorno a Uruguay Luis mantuvo nexos con la agencia, refiere Laura y subraya que era un ejercicio periodístico perseguido.
Martirena rompía el cerco informativo y hacía llegar sus notas a la redacción central de la entonces conocida como PL, el medio antihegemónico al que no le daban sobrevida al nacer y va para 65 años.